Lo prometido es deuda, y aquí os dejamos la segunda parte. La preboda y postboda de Mirko y Sonia.

Como os contamos en la anterior entrada, Granada acogió una brillante destination wedding. Invitados de todas las partes del mundo, ya que los novios han vivido por todos los continentes y tienen muy buenos amigos repartidos por muchísimos países.

Y por esta razón prepararon un fin de semana increíble, en algunos de los lugares con más embrujo de la capital de la Alhambra.

El viernes, una recepción en una cueva del popular barrio del Sacromonte. El color rojo siempre presente, en un vestido muy flamenco que llevaba la novia y que le quedaba espectacular. Y el novio con un clavel del mismo color, en la solapa de su chaqueta. 

Los invitados llegaban poco a poco, y se encontraba con un cóctel formado por productos españoles, donde no faltaba la tortilla, ibéricos, salmorejo etc.

En un momento determinado de la fiesta, Sonia se escapó para enfundarse un nuevo traje, pero esta vez para dar la gran sorpresa de la noche.

Una maravillosa actuación, de un auténtica ‘bailaora’. De hecho Sonia, amante de la música y el baile, había estado dando clases en Madrid en una escuela de flamenco. Todo quedó bien demostrado en su actuación, dejándonos a todos con la boca abierta.

Pero esta no sería la única sorpresa, ya que para terminar el espectáculo, Mirko se subió al tablao para bailar una sevillanas con la que en pocas horas se convertiría en su mujer.

La fiesta continuó con la música de Boda Music, con las maravillosas vistas de la Alhambra iluminada.

Y tras una boda maravillosa, el domingo les quedaban más sorpresas a los invitados. Dónde mejor que terminar todo este fin de semana de festejos que en el interior de la Alhambra. Más concretamente en el Parador del conjunto nazarí, enclavado un antiguo convento del S.XV.

La primera gran sorpresa fue ver a los novios vestidos con los trajes tradicionales pakistanís. Como recordaréis, parte de los orígenes de Sonia son de este país asiático. Los novios previamente pasearon por el Albaicín, donde nuestros compañeros Natán Fotografía y Michel Maraver captaron cada uno de los mejores momentos.

Tras esto, y como fin de fiesta, los novios junto a sus familias e invitados disfrutaron de un excelente brunch, con paella incluida. Lógicamente sus amigos no se podían marchar sin probar nuestro plato más internacional.

Y así terminó todo. Un fin de semana con mucho trabajo, pero que disfrutamos a tope con estos maravillosos novios y sus invitados. Muchas gracias por todo y os deseamos todo lo mejor.

Fotografía: Natán Fotografía