Después de bastantes experiencias organizando bodas, ya tenía ganas de escribir este post. Me he ido fijando durante estos años, que en ocasiones, llego a dudar si quien se casa son los novios os lo padres de estos.

El número de invitados, el lugar de celebración, el catering o incluso los puros, son temas de discusión entre la pareja y sus respectivos progenitores.

Y es que las bodas ya no son cosas de dos, sino de seis. Entiendo que el papel de los padres a lo largo de nuestras vidas es totalmente impagable. Ellos lo son todo para nosotros y sin duda van a tener un papel muy importante el día de nuestra boda. Pero no se pueden convertir en los protagonistas de la misma.

Los novios tienen que elegir el tipo de boda que quieren celebrar, a quien quieren invitar, lugar de celebración y demás detalles. ¿Por qué? En primer lugar porque es su boda, su momento, y en principio solo te vas a casar una vez en la vida. En segundo lugar, tienen que hacer que este día sea totalmente de los novios, ya que de no ser así, pueden llegar arrepentirse en un futuro.

Normalmente la pareja quiere una boda sencilla, mucho más íntima, donde puedan disfrutar de sus amigos y familia más directa. Algo que los padres no suelen entender mucho, y piensan que hay que invitar incluso a personas con las que llevan años sin hablar.

Sabemos que es difícil manejar todo esto. Que nuestros padres (sobre todo las mamás) llevan soñando con este momento casi desde que nacemos, y más si eres chica. Pero tienen que recordar que ellos ya se casaron hace unas décadas y que no deberían influir o incluso tomar decisiones por los novios, ya que les estaremos añadiendo más estrés, del que ellos ya puedan tener.

Los padres tienen que ser protagonistas pero no actores principales. Nosotros siempre aconsejamos a los novios que tengan un detalle con ellos, por habernos dado tanto, y porque además serán de gran ayuda (sobre todo económica) el día de la boda.

Eso sí, vuestro mejor aliado puede ser un wedding planner que sabrá como mediar entre ambas partes.

¿Habéis tenido alguna experiencia como esta? ¿Algún desencuentro con vuestros padres?